martes, 12 de junio de 2012

Árbol de Teneré

Árbol de Teneré
Especie: acacia raddiana o acacia tortilus
Localización: región de Teneré, desierto del Sahara (Níger)

El Árbol de Teneré o El Árbol Perdido como también se le conoce es una especie de acacia, que no se pudo reconocer finalmente si era raddiana o tortilus; aunque si se creyó que formo parte de un conjunto mayor de acacias repartidas en grandes extensiones de desierto; de ahí también la fascinación e intriga de como sobrevivir en una zona árida y seca.
Cuando el grupo de árboles creció en el desierto, era mucho menos seco de lo que es hoy en día y de todas las acacias, esta es la única que permanece aislada en unos 400 km a la redonda, la única superviviente por lo que parece.

La zona donde se encontraba el árbol, no podemos calificarla tampoco de aislada, aunque estaba en pleno desierto y solo se encontraba esta acacia, esta era zona de paso de las caravanas y por ese motivo también de tránsito, pero nunca jamás este árbol fue dañado por ningún animal que intentará comer sus verdes hojas, ni tampoco por ninguna persona para hacer fuego con sus ramas; por lo tanto pensaron que siempre fue considerado como un árbol tabú, como si fuera algún tipo de superstición pasando a ser como un faro terrestre, como punto de referencia hacia el final de su destino.
Pero, para entender, sobre todo la comunidad científica, como este árbol se mantenía vivo y verde, en un desierto, en el gran desierto, no se podía creer en algo divino, sino buscar una explicación científica y así fue como en 1939 se cavo un pozo cerca de la acacia y descubrieron que sus raíces llegaban a un manto freático a 36 metros de profundidad.

Por desgracia, la vida de este curioso árbol no iba a ser mucho más longeva en el tiempo, sobrevivió a camellos, sobrevivió a tribus que pasaron año tras año sin dañarlo, sin rozarlo, pero sería en 1973 cuando un conductor libio cocho contra el; según dicen, por venir demasiado borracho y su lugar lo ocupó una figura metálica de forma "similar" a un árbol. El ejemplar muerto fue trasladado al Museo Nacional de Níger.
A modo de curiosidad, este árbol y la posterior estructura metálica fueron objeto de una película, La Gran Final (2006), donde tuvieron un papel destacado.



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