Tortuga Laúd
Familia: dermochelyidae
Especie: dermochelys coriacea
La tortuga laúd o tinglar, es la mayor de todas las tortugas que podemos encontrarnos en la actualidad y las podemos encontrar sobre todo en los mares tropicales o subtropicales.
Son animales un tanto extraños, puesto que a pesar de que son de sangre fría al igual que el resto de los reptiles, varios científicos creen que esta tortuga tiene la capacidad de regular su calor temporal como los mamíferos.
En cuanto al hábitat específico de las laúd, se puede afirmar que viven en casi todos los océanos del mundo, desplazándose mucho más allá de lo que pueden hacer las otras tortugas gracias e ese sistema propio de regulación de la temperatura corporal.
Durante el verano, las podemos encontrar en zonas como: Golfo de Maine hasta Florida, en las islas Hawaii, Golfo de San Lorenzo.
En invierno, las tortugas se desplazan hacia el sur, hacia el mar Caribe, costas de América del Sur o África, Indonesia y Australia.
En cuanto a las características físicas, las tortugas laúd son muy diferentes a las otras tortugas, en primer lugar, pueden llegar a los 2 metros de longitud y los 600 kg de peso, aunque en alguna ocasión se descubrieron ejemplares de mayor tamaño; por otro lado, su caparazón es liso, oscuro y con crestas que lo recorren, sus aletas delanteras son mucho mayores que las de otros ejemplares y el pico de su boca tiene una forma de gancho.
La dieta básica de estos animales son sobre todo las medusas aunque es cierto que pueden comer peces, crustáceos, calamares o algas. La tortuga, en este aspecto tiene un papel crucial, puesto que mantiene un equilibrio ecológico y económico; al comer medusas estas no se comen los peces pequeños y aumenta la pesca.
En cuanto a su reproducción, las tortugas se aparean en el mar y las hembras se aparean cada 3 o 4 años pudiendo llegar a depositar unos 100 huevos en las playas en donde ellas mismas nacieron. Las tortugas comienzan a aparearse a partir de los 10 años de vida y el tiempo total de incubación de los huevos es de unos 60 días.
Las tortugas laúd atlánticas incuban entre los meses de febrero y octubre y sus zonas "favoritas" para el desove son zonas como Guayana, Surinam, Puerto Rico, Costa Rica, México y Malasia.
El estado de conservación de las tortugas laúd es muy crítico, de hecho, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN lo califica como en peligro crítico.
Son sobre todo los huevos y las pequeñas crías de este animal los que corren los mayores peligros, puesto que el la playa muchos otros animales o incluso las personas encuentran los huevos y los destruyen o comen, si logran sobrevivir a los primeros ataques, el trayecto desde el nido hacia el mar también es duro, muchas veces no llegan y otras tantas son presa fácil de los grandes depredadores.
La destrucción de las playas, la modificación de las mismas o simplemente el uso de ellas con fines turísticos hace que el hábitat natural se pierda, muchas veces las crías no son capaces de llegar al mar y otras tantas los nidos son destruidos.
Las tortugas adultas mueren sobre todo a causa de ingestiones de plásticos, bolsas, alquitrán, aceites; otras veces son colisiones con barcos o las hélices las que las matan o dañan muy gravemente.
Las redes, cables o cuerdas que tienen los barcos las atrapan y las enredan hasta ahogarlas, a pesar de que es obligatorio el uso de dispositivos de exclusión de tortugas.
En Nueva Guinea, también hay grave preocupación por la caza ilegal de las tortugas como alimento.